Pablo Macchiarola

Tengo 42 años y vivo en Yerba Buena desde hace 39. Desde los seis hasta los diecinueve jugué al Rugby y fui al Colegio San Patricio.

                Desde chico me interesó la política: era un tema del que constantemente se hablaba en mi casa y por el que siempre sentí curiosidad y pasión. Por eso, siendo muy joven me mudé a la provincia de La Rioja y me convertí en estudiante (y, luego, en profesional) de la Licenciatura en Ciencias Políticas, carrera que todavía no existía en Tucumán en ese entonces. ¡Cuánto tiempo ha pasado!

                Comencé a militar en política en el año 2003. En el año 2007, conocí no sólo a quien hoy es uno de mis mejores amigos, sino también a quien admiro profundamente: Mariano Campero. Empezamos trabajando en política universitaria y, cuatro años después, nos encontramos frente al primer gran desafío en equipo: ganar una banca en el Concejo Deliberante de Yerba Buena. En 2015, y siempre sin perder el norte, comenzamos a construir esta ilusión que hoy se ve plasmada en la mejor ciudad del país: cambiar la realidad de los vecinos de Yerba Buena para siempre.

                Durante la primera Gestión, fui convocado para ser Secretario de Comunicaciones. En la segunda, me tocó el inmenso desafío de ser Secretario de Gobierno (cargo en el que, actualmente, me desempeño). Tanto en 2019 como en 2021, fui Jefe de Campaña en las elecciones provinciales y PASO, respectivamente, de Mariano y Roberto Sánchez.

                Me defino como un militante apasionado. Me gusta la Gestión, pero también amo el territorio. Disfruto tener la posibilidad de charlar con los vecinos, tener contacto con cada uno y, sobre todo, ser capaz de gestionar todo aquello que pueda ser útil para mejorar.

                Además de Político, también soy esposo y papá. Dolores Martínez Aráoz, Lola, es la mujer con la que comparto mi vida desde hace quince años. También, la compañera de ruta con la que ejercemos el mejor de nuestros roles: criar, acompañar y ver crecer a Pablito, Pili y Delfi.

                Todo aquel que me conoce sabe, también, que soy hincha fanático del Gigante del Norte: el único e indiscutido, por supuesto, Atlético Tucumán. Amo ir a la cancha a alentar, porque eso es lo que las pasiones generan. Tengo la suerte hoy, además, de poder compartir esto con nuestros hijos.

                En mi grupo de amigos, soy el que siempre está dispuesto a jugar un partidito de fútbol o de pádel. También, el que hace chistes (porque tengo mucho sentido del humor) y tiene asistencia perfecta a los cumpleaños. Creo que, dentro de la vorágine que implica ser adulto, siempre está bueno detenerse un rato a disfrutar de la compañía de aquellos con los que el tiempo no pasa: con esos que te conocen desde Jardín de Infantes.

                ¡Te invito a seguir conociéndome y a acompañarme en este sueño!